viernes, 10 de julio de 2009

3 ALFOMBRA

“Es fácil reconocer si el hombre tiene gusto:
la alfombra debe combinar con las cejas”
Salvador Dalí

GENERALIDADES

Programa
UNIDAD DIDÁCTICA 3. ALFOMBRA.
OBJETIVOS:
-Saber montar el telar de alto lizo para la realización de alfombras(cálculo de urdimbre, urdido, montaje de la urdimbre en el telar ylizado).
-Definir las alfombras no anudadas y desarrollar la destrezanecesaria para su correcta realización.
-Definir las alfombras de nudo y desarrollar la destreza necesariapara su correcta realización.
-Analizar la elaboración de cartones para alfombras (sistema detrazado directo y cuadrícula).
-Analizar y aplicar las formas de rematar, acabados y sistemas deinstalación de las alfombras.
CONTENIDOS:
1.Telares de alto lizo.
-tipología y estructura.
-funcionamiento.
-urdido y lizado para alfombra.
2.Alfombras no anudadas.
-definición y clasificación.
3.Alfombras de nudo.
-definición y clasificación.
4.Cartones para alfombra.
-tipos, características y peculiaridades.
5.Remates y acabados de alfombra.
DURACIÓN:
42 horas.
ACTIVIDADES :
-Realización de un fragmento de alfombra anudada de 15 cm. de alto por 21 cm. de ancho.

-Realización de un fragmento de alfombra no anudada, utilizando espiga: 15 cm. de espiga para alfombra y 12 cm. de variantes. Rematado y acabado.
Necesario cartón de trazado directo (Dibujo Técnico).
-Realización de un fragmento de mota granadina de 15 cm. de alto por 21 cm. de ancho. El resto de la urdimbre hasta los 42 cm. de tejido se utilizará en la siguiente U.T. para tejido con doble urdimbre. Rematado y acabado.
Necesario cartón de cuadrícula para mota granadina. (Dibujo Artístico)
CRITERIOS DE EVALUACIÓN:
-Saber montar el telar de alto lizo para la realización de alfombras.
-Realizar correctamente un fragmento de alfombra no anudada, aplicando: espiga, sus variantes y mota granadina.
-Aplicar un cartón para alfombra, sistema de cuadrícula.
-Realizar correctamente un fragmento de alfombra anudada, aplicando: nudo turco, nudo persa y nudo español.
-Aplicar un cartón para alfombra, sistema de trazado directo.

-Ultimar una alfombra con las formas de rematar, acabados y sistema de instalación necesarios.

Refranes
-Oficio, bueno o malo, da de comer a su amo.



Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
alfombra. (Del ar. al-jumra, la esterilla de hoja de palmera) f. Tejido de lana o de otras materias, y de varios dibujos y colores, con que se cubre el piso de las habitaciones y escaleras para abrigo y adorno. 2. fig. Conjunto o muchedumbre de cosas que cubren el suelo. ALFOMBRA de flores, de hierba.
estera. (Del ant. estuera, del lat. storea) f. Tejido grueso de esparto, juncos,palma, etc., o formado por varias pleitas cosidas, que sirve para cubrir el suelo de las habitaciones y otros usos. cargado de esteras. Loc. Fig. y fam. Harto, cansado de aguantar y sufrir.


Simbología.
Alfombra, estera.
1. La alfombra, para los orientales, no es, como para muchos occi­dentales, un objeto cualquiera del mobilia­rio; «es un elemento importante de la vida personal, familiar y privada. Su ornamenta­ción no se debe en absoluto a simples casua­lidades, sino que viene condicionada por ideas y sentimientos varias veces milena­rios». Su ornamentación no carece de cierto valor mágico: el rombo y el octógo­no de corchetes o de pequeños triángulos laterales pueden representar el escorpión y la tarántula, contra los cuales uno quiere protegerse.
Igualmente mágicos y simbólicos, y no so­lamente estéticos, son: el camello, que repre­senta la fortuna de los nómadas y cuya imagen es un testimonio de felicidad y de ri­queza para el fabricante y el propietario de la alfombra; el perro, que aparta de la mora­da en la que se coloca el tapiz, a todos los indeseables, brujos, enfermedades personifi­cadas tales como la viruela; el pavo real, ave sagrada tanto en Persia como en la China; la paloma, símbolo del amor y de la paz; el ár­bol de la vida, símbolo de la eternidad, lo mismo que el ciprés; la granada en flor, el germen de girasol, la cápsula de semillas, símbolos de riqueza y de abundancia; y el clavel, símbolo de la felicidad.
2. En cuanto al color de las alfombras, amarillo oro es símbolo de poder y de grandeza; conviene a las alfombras destinadas a los palacios y a las mezquitas; blan­co: pureza, luz, paz (bandera primitiva de los árabes hasta el fin de los ommeyas); rojo: felicidad, gozo (bandera de los seldjúcidas y las dinastías otomanas); negro: des­trucción, revuelta (adoptado por los abbasidas sublevados contra los ommeyas); ver­de: renuevo, resurrección, vestidos de los habitantes del paraíso (color de los partida­rios de Alí, chiítas persas; luego, a partir del siglo XIV, de todos los descendientes del pro­feta y de los peregrinos de La Meca); azul celeste: adoptado por los emperadores de Bizancio, color nacional del Irán, visto sin embargo como color de duelo en todo el Oriente; púrpura (violeta tapetado, o incluso claro): distintivo de los reyes, color del lába­ro de Constantino, influyó en varios pueblos orientales; sinople, llamado verde profeta, que caracteriza a muchas alfombras de ora­ción, que luego deben enrollarse, sin pisarlas nunca.
3. Las «marcas» de fabricación de las al­fombras se transforman en elementos deco­rativos y poseen también virtud mágica: así, el signo que representa un peine con cinco trazos, simboliza la mano de Fátima, que exorciza contra el mal de ojo.
En algunas regiones de Marruecos, cuan­do un extranjero penetra en una casa en donde se encuentra una hermosa alfombra nueva (zardiyá), la mujer que la ha fabrica­do quema un trocito de su orla, a fin de expulsar el mal de ojo; entre los ait warain, se hace exactamente lo mismo cuando se lleva una alfombra nueva al mercado para venderla.
Tras la muerte de alguien, ciertos ritos po­pulares afectan a las alfombras. Así en Fez las que cubren el suelo de la casa del difunto deben ser remplazadas por esteras traídas de una mezquita. Se las deja sobre el suelo de la casa durante tres días, contando el día de la defunción.
4. La «alfombra de oración» es exacta­mente un templum, es decir un espacio sacralizado, delimitado con respecto al mundoprofano. Los santos se representan a veces (así Sidi Uali Dada, en Argelia) navegando sobre una alfombra de oración tirada porpeces.
En cuanto símbolo estético, la alfombra expresa a menudo la noción de jardín, inse­parable de la idea de paraíso. Hay en ella flores, árboles, animales y pájaros, reales o míticos. «El medio empleado impide una imitación demasiado realista... de manera que es el jardín en sí y sus características for­males y universales lo que estas alfombras expresan; no un jardín individual, sino el gozo permanente ofrecido por los jardines. Es así como un alfombrero de la época islá­mica dice en un poema: Aquí, en el jardín fresco florece una primavera siempre mara­villosa, que no atacan ni los vientos de oto­ño ni las tormentas de invierno». Se trata de una abstracción -la del ta­piz- destinada a hacer sentir en invierno las delicias de la primavera.La alfombra resume en sí la simbólica de la morada, con su carácter sagrado y con to­dos los deseos de felicidad paradisíaca que ella implica.(**)
Alfombra mágica.
Alfombra legendaria que vuela por el aire transportando a quien se sienta en ella a donde desee. Aparece en la literatura medieval oriental como, por ejemplo, en el Libro de los muertos tibetano y en el egipcio, así como en el Samaranga Sutradhara, donde se dedican 230 estrofas a explicar un vuelo en una de estas alfombras. Hay más ejemplos en el Tibet, donde se fabricaban verdaderas alfombras voladoras con capas de papel unidas con gelatina para hacerlas flexibles y resistentes a los golpes, secándolas después en hornos que usaban grasa de yak como combustible.
Antes de que aparecieran en el Tíbet, donde están ligadas a rituales tántricos que requieren un adiestramiento especial, la idea de la alfombra voladora pudo evolucionar a partir de los diseños egipcios de cometas o papalotes alrededor de los siglos VIII y IX y, más tarde, posiblemente a partir de armas parecidas a los cohetes. También hay indicios de que la postura loto de yoga pudo haberse desarrollado por la necesidad de mantener una estabilidad y un equilibrio extremos durante el vuelo, además de la relajación. Para despegar, había que suspender la alfombra en lo alto de un barranco, lanzándose en lo que se supone que sería un sendero natural de vuelo.
También aparecen alfombras voladoras en la mitología persa, sobre todo en Las mil y una noches, que se inspiró en el folclore oriental, muy extendido en toda la edad media. Cuando los cuentos empezaron a ser traducidos a las lenguas europeas hacia finales del siglo XVII, sus distintos orígenes de los cuentos de Persia, Próximo Oriente, Egipto, India e Himalaya se perdieron.


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